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Bienvenido a la versión simplificada del proyecto Tono-G, un espacio de producción y experimentación con el lenguaje que no ambiciona hacer literatura sino algo mucho más elemental: generar texto. Se trata de un afiche lleno de ideas, palabras e imágenes que te invita a pensar y a ver más allá de la inmanencia de las cosas. Este es mi espacio de collage en el que me propongo hallar el tono de las cosas, mi tono de las cosas. Los invito a acompañarme en esta búsqueda. ¡Comencemos nuestro recorrido!

Monday, January 7, 2013

Trueno de diciembre


Pasamos los hombres y con nosotros mueren los días. Las palabras no pasan, quedan sobre nuestras tumbas y al tiempo germinan.

El trueno que estremece las sierras es la palabra póstuma de un rayo cansado que a la tierra cae y en silencio muere.


Tardío como un trueno resuena en su letargo una última tarde bajo la cobija de diciembre, latigazo desesperado de un año que se quiebra y muere en el fuego eterno de la historia sin memoria. Como sangre fresca vertida sobre una corona de oro, se mezcla en mi retina el dorado del sol con los adornos navideños caídos en el jardín y el rojo del crepúsculo con el color de las rosas que se animan a abrirse tímidas pero vigilantes. Quizá quieran decir adiós, ser testigos del parpadeo que renueva el estrábico ojo del ser humano que ordena aquí las letras del alfabeto como si ello fuera a ordenar en su mente las palabras que le resuenan cual ecos en un sueño de hastío. Envidio a esas flores. ¡Tan bellas y tan coquetas! ¡Tan sabias y tan calladas! ¡Tan sutiles y tan certeras! ¿Envidio a las flores? ¡Lugar común si los hay!
Adorno la casa entera de los sustantivos que me quedaron aún en la boca como si ellos fueran todo el patrimonio adquirido y conservado en el año. Los verbos no me salen y no recuerdo como se conjuga “ser”.
En esta época no hay gerundios. Todo se suspende o se acaba. Los participios se apoderan del alma a la vez que algunos infinitivos ruborizados se asoman con sus promesas para ese futuro que ya amenaza con convertirse en el presente. Amenazadora es la palabra ahora porque cada vez que la pienso se convierte en una mentira, cada vez que la pronuncio ya deja de ser lo que quise y se cristaliza en la espesura enmarañada de lo pasado. El trueno no dura, es el pasado hecho presente. Es el eco del destello que apenas vimos.
Me quedo sin aire cuando intento maquillar mis versiones de realidad con algún adjetivo fugitivo. Todos son mentirosos, todos son traicioneros. Será necesario forjar nuevas palabras, nuevos vínculos, componer nuevos sonidos y romper esquemas para extraer del jugo derramado por el viento nuevos colores.
Invisible como soy hoy, inexacto como lo he sido, incierto como veo que seré, pongo una coma en mi vida y descanso un poco en este suspiro del año más oscuro que jamás haya conocido y abrazo al aliento que aunque ilusoriamente eterno se va gastando en el viento. 

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