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Bienvenido a la versión simplificada del proyecto Tono-G, un espacio de producción y experimentación con el lenguaje que no ambiciona hacer literatura sino algo mucho más elemental: generar texto. Se trata de un afiche lleno de ideas, palabras e imágenes que te invita a pensar y a ver más allá de la inmanencia de las cosas. Este es mi espacio de collage en el que me propongo hallar el tono de las cosas, mi tono de las cosas. Los invito a acompañarme en esta búsqueda. ¡Comencemos nuestro recorrido!

Monday, July 2, 2012

Ilusiones...



Hace poco veía muy al pasar una imagen que jamás hubiera imaginado pudiera quedar impregnada en mi pobrísima memoria visual: una mariposa intentando posarse sobre una burbuja. El fondo es borroso pero se nota que se trata claramente de un lugar a cielo abierto. La paleta escogida es de colores cálidos aunque atenuados, dando la impresión de ser una fotografía algo vieja y desgastada por el paso de los años que un porta retratos no ha podido prevenir.

Para sorpresa del espectador, la mariposa logra posarse por un microsegundo sobre la burbuja. Lo que sucederá luego obviamente no se ve en la estaticidad que ofrece la imagen, pero bien podemos sospecharlo: la burbuja estalla y la mariposa vuela asustada o cae al suelo y es pisoteada por un transeúnte desprevenido. ¡Nada más peligroso que un desprevenido suelto cerca de nuestras ilusiones!.

Es casi como una pequeña novela de mediodía en la que no sabemos bien el origen de esa burbuja aislada que flota en el aire y ciertamente no podemos sino vacilar al intentar identificar al personaje principal del acotado drama que se presenta a nuestra retina. A este respecto, me inclino a pensar que es la burbuja y que la mariposa sencillamente ha irrumpido desde fuera de cuadro para alterar el orden - aunque endeble y transitorio -, estado de cosas que constituye la situación inicial de aparente estabilidad y armonía.
Nos preguntamos: ¿qué desea esa intrusa? ¿en qué reside su inconsciencia? ¿no habrá visto nunca antes una burbuja? ¿cómo es que sostiene la ilusión de que podrá tocarla sin romperla? ¿Será posible que esté tan agotada de agitar sus alas y de repartir ensueños que desea morir en el estallido de una ilusión? Y es que de eso se trata esto: de ilusiones - esas que cual burbujas caras y frágiles son.


Las ilusiones, frágiles como una burbuja, son muchas veces más reales que el mundo. Artificios creados por la mente del hombre, son caricias de una madre postergada: la imaginación. En esos mundos ficcionales que construimos para habitar pero en los cuales no permanecemos por mucho; vamos mudando y construyendo la mentira de nuestra vida: una vida en la que la vida tiene sentido.
Nos piden que abramos los ojos, que veamos la realidad; esto es, las cosas tal cual son. Pero, ¿por qué creerle a la vigilia embustera? ¿por qué tragar lo que los sentidos nos arrojan a las fauces sin el más mínimo tratamiento? No sé usted, mi querido lector imaginario, pero yo entre lo crudo y lo cocido - por cultura o por higiene -  prefiero lo que ha pasado antes por la olla y llegó a mí en un plato. 
¿Peco de sofisticado? ¿de romántico? No, peco de veleidoso, peco de pecar nomás; ¡La realidad es siempre tan la misma y tan muchas son las diversas ficciones prestadas que fabulo que no puedo dudarlo ni un segundo más!: elijo el pecado, elijo la traición, elijo la burbuja, elijo la ficción, desdeño la vigilia, me desentiendo de la realidad, me evado del sol y le rindo culto a la luna.
Pero veamos: no exagera quien dice que la realidad es mil veces más mentirosa que la ficción -¿o no es acaso emblemático el mero hecho de que pretenda ella misma sostener lo contrario? Por eso mismo dudo de mis sentidos: quizá eso no sea una mariposa, sino un gusano que se ha puesto alas robadas por las cuales ha tenido que asesinar con tal de no sentirse menos. Es más, tal vez lo que parece a mis ojos una burbuja sea una esfera de vidrio que un malabarista callejero arroja al aire en una esquina para cautivar la mirada y atraer algún que otro billete a su sombrero. ¡Una esquina dije! Bueno, no tiene por qué serlo en verdad... todo podría ser parte del montaje escénico de una película y lo que para mí indiscutiblemente era un fondo de exterior borroso sea una pantalla azul en un estudio de grabación. 

Entre más lo pienso más descubro que sólo una posibilidad me queda: disfrazarme de mariposa y posarme sobre un sueño. Durará lo que dura el click de la cámara engañosa que captura el momento, pero en ese intante descubriré la eternidad, romperé el tiempo, desafiaré al mundo y estallaré mis anhelos en colores acuosos que nadie percibirá en la calle pero que mi alma velará en secreto.


Berenice Gáldiz Carlstein (2012) - Serie "papelitos sueltos", una caja de ilusiones
grafito y acrílico sobre papel hecho a mano + color digital
13 x 18 cm

Epílogo 
Pensaba iniciar este texto del siguiente modo "Las ilusiones son muchas, pequeñas y poco duraderas. Nada como una caja de fósforos para pensar en ello." Comenzando así bien podría haber derivado mi discurso en una referencia respecto de una casi obvia intertextualidad:   Den Lille Pige med Svovlstikkerne (La pequeña cerillera), el conocido cuento del danés Hans Christian Andersen publicado por primera vez en 1845. Como es sabido, en él  una niña golpeada por su padre y huérfana de madre es obligada a vender cerillas en una cruda noche de invierno - la última noche del año-. Es tal el frío que decide arriesgarse a utilizar esas mismas cerillas para calentarse las manos. Cuando lo hace, logra ver no las cosas tal cual son, sino tal cual deberían ser; esto es, una maravilla. Cierto es que hacia el final paga con el precio de su vida. La pequeña cerillera se va con su difunta abuela a un lugar donde ya no sentirá frío y por la mañana los transeúntes hallan su cuerpo congelado. ¡Una calamidad!.
Decía que una posibilidad hubiera sido intentar un abordaje desde este cuento, pero no logro resignarme a un final en que la muerte sea la huida hacia un lugar mejor, mucho menos en los más tiernos años de la infancia. Esta vez prefiero ser un poco más optimista (que es lo mismo que decir, menos realista y más soñador).