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Bienvenido a la versión simplificada del proyecto Tono-G, un espacio de producción y experimentación con el lenguaje que no ambiciona hacer literatura sino algo mucho más elemental: generar texto. Se trata de un afiche lleno de ideas, palabras e imágenes que te invita a pensar y a ver más allá de la inmanencia de las cosas. Este es mi espacio de collage en el que me propongo hallar el tono de las cosas, mi tono de las cosas. Los invito a acompañarme en esta búsqueda. ¡Comencemos nuestro recorrido!

Friday, April 13, 2012

Martirio y alucinación, heterodoxias vespertinas




No hay cadenas ni cárceles,
pero prisioneros sí.
No hay agua en los mares, 
pero ahogados sí.
No hay fuego en los árboles, 
pero bosques encendidos sí.
No hay afueras ni adentros, 
pero excluídos sí.
No hay fuerza en mis brazos, 
pero te abrazo a ti.




Amputadas mis manos del cuerpo, como amordazado me siento yo. Hoy la voz no me alcanza y cada palabra que se escabulle por mi garganta lastima con sus puntas mi razón. Perdida la paciencia y atenuada la esperanza, solo el automatismo de tus manos se atreve a condenar mi sexo para derramarte como un martirio sobre las ebrias sábanas manchadas por tu desamor.

Miro mis notas (esas que ordenan el pensamiento) y descubro que me miento con la sintaxis en cada oración. No hay orden ni respeto, no hay lógica ni posible que resulte potable a mi intelecto y a mis emociones por igual. Lo que sucede, sucede; y lo que no, no sé. Quizá Dios sepa, pero decide callar.

Escucho mil voces. Todas me quieren guiar. Adónde me pregunto mientras doy seis pasos hacia atrás. El ojo prestado ve más clara la noche y en esa visión olvida que no es la luz sino la sombra lo que importa en la penumbra, que no es la vela la que alumbra sino el eclipse que calla, la nube que oculta, el párpado que niega, la rama que tapa, el velo que augura.

¿Descubriremos en la arena del desierto el tiempo que aún no hemos perdido?
¿Brotará del suelo la sabiduría?  ¿Reverdecerá la vida?
¿Prevalecerá la paz y la juticia? ¿Renacerá el amor?
¿Florecerá la belleza que una vez fue nuestra?
¿Dará fruto el árbol de la experiencia?
      ... ¿o habrá sido todo en vano?


El recuerdo del calor de tus caricias y la promesa de tu perfume una vez más imprenando mis almohadas es la Sabina que se interpone entre los rencores y provoca que bajemos las armas. Si por accidente mis propias flechas me han tocado y desde entonces la noche lleva tu nombre para mí, que el aceite no me condene y que Febo no te lleve, porque mis alas aún abrazan tu blancura y mis brazos se desangran si tus miedos me rechazan.



No hay cadenas ni cárceles, pero prisioneros sí.
No hay agua en los mares, pero ahogados sí.
No hay fuego en los árboles, pero bosques encendidos sí.
No hay afueras ni adentros, pero excluídos sí.
No hay fuerza en mis brazos, pero te abrazo a ti.





Obras:
1- Jacques-Louis David "Las mujeres Sabinas"(1799)
[imagen recortada]

2- Jacques-Louis David "Cupido y Psyche" (1817)